Nace dentro de las organizaciones la necesidad de registrar todo. Todas esas necesidades fueron cubiertas por las tecnologías de la información, generando cambios a todo nivel, así como procesos y cargos dentro de las organizaciones que antes no existían. Por otro lado, las partes interesadas de las organizaciones exigen una demanda de información cada vez más precisa y con volúmenes que solo la capacidad de cómputo y comunicaciones logra procesar. Con la llegada de redes de información más rápidas, como 4G y, por esa autopista, elementos como celulares o televisores y cuanto elemento pueda ser conectado a internet, la necesidad de la información y la posibilidad de generarla desde diferentes fuentes, ya no solo mediada por el teclado y por humanos, sino desde elementos como micrófonos, sensores biométricos, GPS, osciloscopios, cámaras; todo lo anterior con reconocimientos e identificaciones de patrones al punto que tecnologías como la inteligencia artificial interconectan todo, hacen parte de la cotidianidad, enlazan y articulan toda una serie de datos, no solo para obtener estadísticas sino para predecir comportamientos de la sociedad, hasta llegar a modelar comportamientos individuales.